El cliente extranjero ha subido del 4 al 13,2% en la representación de compra de casas en nuestro país. ¿Se puede ver truncada esta subida por la salida de Reino Unido de la Unión Europea?

Para los 400.000 británicos que viven aquí en España esta separación ha supuesto un estado de incertidumbre en aspectos como pensiones, sanidad, y por supuesto, fiscalidad. Es algo de lo que debemos preocuparnos, ya que de ese 13,2% de extranjeros que compraron casas el año pasado en nuestro país el 21% está representado por británicos. La divisa británica se ha desplomado tras el triunfo del Brexit la semana pasada, lo que supone una pérdida de poder adquisitivo para quienes viven en España.

Una casa cerca de la playa que costase 200.000 euros, ahora les costará 215.000 euros. Eso, en caso de que la libra no se siga devaluando porque hay muchas incógnitas en el mercado. Muchos de estos británicos viven en casas alquiladas. Tendrán que ponerse a negociar con sus caseros, y todo dependerá del mercado. Si hay alguien que pueda pagar más, el británico tendrá que cambiarse a una residencia más barata.

Según José Antonio Pérez, director de la cátedra inmobiliaria del Instituto de Práctica Empresarial, piensa que se cerrarán menos ventas con la gente con poder adquisitivo medio, mientras que las personas con poder adquisitivo alto seguirán comprando, incluso ahora más.

Por otra parte, se ve también como una oportunidad inmobiliaria los locales de grandes ciudades como Madrid y Barcelona, ya que muchas empresas necesitarán tener una sede en Europa para seguir operando dentro de la Unión Europea. Otro beneficio al traer sus oficinas a nuestro país es el aliciente del precio, ya que las oficinas en Barcelona, por ejemplo, están muy por debajo de Londres.

Aunque le falten dos años para salir definitivamente de la Unión Europea, ya se pueden intuir algunos de los resultados, aunque muchos otros son aún una incógnita.